Laudatio a Miguel Serrate
Ilmo. Sr. D. Miguel Serrate, Autoridades, compañeros fiscales, Magistrados, Jueces, Secretarios, personal de Secretaría y amigos asistentes a este entrañable acto.
Querido Miguel: – este calificativo es el más importante para mí- me ha tocado como Teniente Fiscal hacer una breve laudatio de tu trayectoria profesional y en verdad lo hago encantado. No podemos olvidar que tu trayectoria es la que ha conducido al Ministerio de Justicia a concederte la importante condecoración que hoy te impone la Fiscal Jefe, y que todos celebramos con nuestra presencia en este acto. Es precisamente el cariño que esta Fiscalía siente hacia tu persona, lo que determinó en su momento que todos los Fiscales prácticamente de Sevilla hicieran, a través de la Fiscal Jefe, la petición al Ministerio de Justicia.
Tal cariño te lo has ganado a pulso. Y no sólo el cariño. También nuestra admiración y estima profesional. Todos respiramos muy tranquilos cuando hemos de ir a juicio y, al repasar las “carpetillas”, nos encontramos con una calificación tuya. El esmerado estudio del asunto, la amplitud y claridad del extracto, el acierto de tus observaciones, el equilibrio y buen decir en la exposición de hechos, la justicia que resplandece en tus planteamientos, son siempre garantía de que el Fiscal que defienda tus tesis, no va a salir malparado sino todo lo contrario. Y es sabido que sin un planteamiento acertado del asunto por parte del Ministerio Fiscal en la vía penal, la sentencia final puede encontrar dificultades.
Con ser lo anterior sumamente importante, esta especie de loa -palabra castellana más expresiva aún que la latina laudatio- no quedaría completa, sin destacar tu entera dedicación a la Fiscalía. Tal dedicación quizás pueda ser equiparada a la que siempre has profesado por tu esposa y tus hijos. Ni las más tenaces, enojosas y diversas enfermedades que te han cercado o acosado a lo largo de estos años, han podido mermar tu apego a estar cuanto antes una y otra vez entre nosotros. Siempre has escatimado y redondeado a la baja, “las bajas” que los médicos te han ido otorgando con relegación del trabajo. Siempre nos ha sorprendido tu pronta incorporación al quehacer diario, cuando veíamos que tenías derecho a recuperarte por algún tiempo más prolongado.
Y ¿qué decir de la -para mí- terrible tarea que asumiste de ayudar a hacer la “distribución de servicios” de la Fiscalía?. ¿Qué decir de la paciencia que has demostrado durante estos años en tan ingrata labor, y sobre todo del acierto y la ecuanimidad que siempre presidió tus decisiones?. A mi me parece que si en esta tarea hubieras cometido constantes errores o injusticias, muy pocos Fiscales hubieran hecho la petición colectiva con el resultado que hoy te honra.
Lo más importante de todo, sin embargo, es que tu forma de ser -siempre amable- con compañeros, letrados o subordinados, tu permanente disposición a asumir cualquier asunto, a superar cualquier dificultad, a estar trabajando días y horas para no tener retrasos, te han hecho merecer no sólo la admiración sino la estima y el afecto de todos nosotros. De los que nos encontramos aquí y de todos los amigos que has ido dejado por donde has pasado.
Acabo diciendo que cuentas con nuestra felicitación más cariñosa, y que, en nombre de los Fiscales, de las personas aquí presentes, y de otros muchos que te tienen igual o mayor afecto, eres acreedor de nuestra más sincera enhorabuena.
Pequeña laudatio pronunciada en 20 de junio de 2007 por el Teniente Fiscal de la Audiencia de Sevilla, Don Antonio Ocaña Rodríguez, con motivo de la imposición al Fiscal Don Miguel Serrate de Porras de la Cruz Distinguida de Primera Clase de San Raimundo de Peñafort.
