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Ana María Martínez, mujer de vocación

Ana María Martínez, mujer de vocación

Llamé a Ana María, un día después de que visitara el Colegio para renovar su carnet colegial. Comentó lo amables que habían sido, tanto Adán como Javier. Y lo más importante que le habían sacado bien en la foto. Eso me arrancó una sonrisa, y  cuando nuestra fotógrafa Remedios Málvarez le hizo las imágenes que ilustran esta entrevista, su coquetería volvió a relucir. Salir bien en las fotos y comprobarlo no es patrimonio exclusivo de influencers e instagramers. 😀

Y comenzamos a hablar. Eso sí, como cualquier influencer que se precie, me indicó una línea roja, que procuraré cumplir a lo largo de esta semblanza.

Lo primero que me impresionó, es la fuerza vital de esta mujer, Ana María, y las ganas de compartir y de reflexionar sobre sus años ejerciendo la profesión de la Abogacía.

Cuando comenzó a estudiar, eran apenas 8 mujeres en clase. Pero, aunque empezó a cursar derecho en homenaje al padre de su padre, su abuelo, lo que realmente motivaba a esta mujer allá por los años sesenta era el sentimiento de estar desarrollando su verdadera vocación.

Y desde la vocación, giró toda su vida profesional.

Tal y como terminó la carrera, en los años 60, enseguida se dio de alta en el Colegio de Abogados, como ejerciente y comenzó a ejercer, al principio individualmente y después con algunos compañeros en su despacho. Sobre todo, colaboró mucho con el bufete de Antonio Moreno Sevillano.

Mirando con perspectiva, recuerda esa época con agrado, porque siempre le ha gustado ejercer su profesión y nunca se sintió acobardada por relacionarse con hombres.

Afortunadamente, la educaron con miras a ser ella misma, a cumplir con el compromiso de su vocación. Por lo que las dificultades que se presentaban se resolvían.

Lógicamente, en aquella época, no tuvo inspiración de ninguna mujer. Ella fue su propia fuente de motivación, independiente y libre. Fue educada en el concepto de la igualdad de oportunidades y siempre lo ha llevado por bandera.

Quizás por eso, nunca se sintió discriminada, aunque lo que me llega es que nunca permitió esa marginación, a pesar de que “algunos” lo intentaran. Considera que, si la mujer está segura de lo que quiere llevar a cabo, llega donde se proponga.

Cuando hablamos de igualdad, se le tuerce el gesto. Y aclara que la efectiva es diferente de la real. Y que la solución está en la educación, formar a los niños y a las niñas en que ambos pueden conseguir lo que se propongan, independientemente de su género.

En una época, donde a las mujeres se las formaba para casarse, ella tuvo la suerte de serlo en la libertad de elección, optando por ejercer una profesión, tradicionalmente masculina. Gracias a su carácter, forjado a lo largo de los años y a pesar de enfrentamientos con compañeros y magistratura, siempre creyó que la base de todo es la vocación y eso le dio fuerzas para estar más de cincuenta años ejerciendo. Y demostrar que ser mujer, coqueta y femenina -en cualquier ámbito profesional- es posible.

Entrevistando a Ana María Martínez, con María Aristoy.

Terminamos con un ofrecimiento. Con SU ofrecimiento. Así que nos dirigimos al responsable de formación del Colegio, José Manuel. Y le explica que debido a su trayectoria vital, marcada por el cuidado de una hermana discapacitada, puede aportar conocimientos sobre legalidad y discapacidad, con artículos, noticias, valoraciones… José Manuel toma nota de que esta mujer, todavía puede aportar y mucho al colectivo de la Abogacía sevillana.

 


Ana María Martínez Tirado, también ha compartido en la página web del Colegio, sus reflexiones sobre el #8M2021, que transcribimos a continuación, que forman parte de una campaña de visibilización creada por la Comisión de Igualdad del ICAS. (Ver todas las reflexiones en https://www.icas.es/8-marzo-2021/ )

Me declaré feminista y femenina desde que terminé la carrera de Derecho. Era consciente que iba a ejercer la profesión de abogado ya que desde mi posición podía promover la igualdad y la diversidad en el ámbito de la Abogacía.
Pensaba en una sociedad en la que hubiera más espacio para que las mujeres que quisieran pudieran desarrollar su carrera profesional. Lo conseguí. Puedo dar fe de ello. Pero no olvidemos nuestra feminidad y siempre al lado de los hombres, nuestros compañeros.
Pensaba, finalizada la carrera y ejerciendo, en una sociedad en la que hubiera mas espacio para que las mujeres que quisieran pudieran desarrollar su carrera profesional.
Estimo que vamos consiguiendo la igualdad efectiva de hombres y mujeres en las relaciones sociales y personales y aunque personalmente tuve alguna que otra dificultad, las superé y salí victoriosa de todas ellas.
Dejemos a un lado que en el año 2011 se cumplieron 100 años primera celebración día de la mujer, sigamos adelante.

1 comentario

  1. José Maria

    Querida Ana Maria: Me encanta ver tu empuje tan positivo y tu foto tan expresiva. Te felicito. Un fuerte abrazo, José Maria Monzón Ristori

    Responder

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